lunes, 6 de febrero de 2012

Despertares




Hay un huésped ensuciando mis genes: el síndrome de Dió.genes! :P :))

¿Cuánta basura emocional se puede acumular en un nuestro soma? Pues sinceramente, parece que más de la que la razón podría especular que cabría por centímetro cúbico en un organismo que ha licuado el dolor del pasado pero que desconoce la forma de expulsarlo de sus células. Y quiero recalcar este adverbio de tiempo porque comprendo que continúa moviendo, muy a mi pesar, los molinos de mis antiguos automatismos. También sé interpretar, en base al refrán, que el agua que utilizo para dicho menester es una “difunta en estado de putrefacción”.

Un cuerpo humano puede convertirse en el mayor de los vertederos que jamás haya existido sobre el planeta Tierra. La contaminación emocional es el pan de cada día para los que "pataleamos" porque solamente supimos conseguir un mendrugo de la vida y ahora deseamos obtener la hogaza fresca que nos corresponde.

Aún recuerdo el resultado de aquel test energético que me realizaste el año pasado (otra vez a cuestas con el pasado, ¿eh? ^.^): sufres de estrés emocional. ¡¿Tú?! Exclamaste al instante, "ilusa" al comprobar lo que el sensor te indicaba. ¡¿Yo?! Repliqué "haciéndome la sueca" a su vez, como si no supiese que todos aquellos desperdicios emocionales abandonados en el transcurso de los años embargaban, cada vez más, la consolidación de mi anhelada paz interior. Nunca te fíes de las apariencias: ¡nada es lo que parece! Ha sido mi lema más repetido. Y siendo redundante: nada me parece más cierto! ;)


La única droga que funcionará es la de confiar en ti misma, completamente, sin reservas de miedo por si algo saliese al revés.





Imagen: pupila rebosante del lánguido atardecer :)

1 comentario:

  1. Enhorabuena por tu nuevo blog. Lo seguire asiduamente ;-)
    Me encantan tus escritos
    Y el iris que ha salido en la foto, Incredible and Magic
    Un abrazo

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